We are all familiar with the destruction that accompanies a hurricane. The high winds, heavy rains, and flooding often cause severe property damage and even loss of life. The chaos of evacuation before a hurricane and the human suffering in the aftermath make these storms among nature’s most frightening.
A fascinating characteristic of hurricanes, however, is the calm eye found at the center of the storm. In the eye of a hurricane, there can be blue sky and a light breeze. Surrounded by high wind and pelting rain, the eye is a spot of relative serenity in stark contrast to the destructive forces that whirl around it.
Occasionally, the events of life may come at us like a hurricane. The winds of grief may blow against us, and the tide of stormy relationships may flood our hearts. It may sometimes feel like the sun is hiding behind a thick blanket of threatening clouds.
But like hurricanes, the storms of life can also include a calm eye—a peaceful place, an opportunity to recover our strength. If we take advantage of tranquil moments, we can find rest from the buffeting tempest. Prayer and meditation can bring us comfort in the most trying circumstances. Listening to inspiring music or to the counsel of a trusted friend can bring about a change of heart that will give us strength and inner peace. The support of those we love often brings the quiet courage we need to endure. Even a brief retreat into the calm can bring renewal and prepare us to go back out into the storm.
In the heaviest storm, amid the fiercest gale, there is an inner place of stillness. When the rain clouds gather and the winds of adversity blow hard against us, we can look for peace and rest in the eye of the storm.
Program #4337
“El ojo de la tormenta”
Todos estamos familiarizados con la destrucción que causa un huracán. Los fuertes vientos, las lluvias y las inundaciones a menudo producen graves daños a la propiedad e incluso muertes. El caos de la evacuación antes del huracán y el sufrimiento humano posterior a él hacen que esas tormentas sean de las más temidas.
Sin embargo, una característica fascinante de los huracanes es la calma de su centro. En el ojo del huracán puede haber un cielo azul y una brisa ligera. Rodeado de fuertes vientos y aguaceros, el ojo es un remanso de relativa serenidad en marcado contraste con las fuerzas destructivas que lo rodean.
En ocasiones, los acontecimientos de la vida pueden llegar como un huracán. Los vientos del dolor pueden soplar y la marea de relaciones tempestuosas puede inundar el corazón. A veces puede parecer que el sol se esconde detrás de densas nubes amenazadoras.
Igual que los huracanes, las tormentas de la vida también pueden tener un ojo, un lugar de paz, una oportunidad de recobrar las fuerzas. Si aprovechamos los momentos tranquilos, hallaremos descanso del embate de la tempestad. La oración y la meditación nos pueden dar consuelo en las circunstancias más difíciles. El escuchar música inspiradora o el consejo de un amigo de confianza puede cambiar el corazón y darnos fuerza y paz. El apoyo de seres amados a menudo nos brinda el valor para perseverar. Aun una breve retirada a la calma nos permite renovarnos y prepararnos para regresar a la tormenta.
En la tempestad más fuerte, entre los vientos más violentos, hay un lugar de calma. Cuando se avecina el temporal y soplan con fuerza los vientos de la adversidad, podemos buscar la paz y el descanso en el ojo de la tormenta.
Musical Selection:
1. Praise, My Soul, the King of Heaven
Mark Andrews; arr. Mack Hayes; G. Schirmer
2. Where Love Is
Joanne Bushman Doxey & Marjorie Castleton Kjar; arr. Sam Cardon; Arrangement Unpublished
3. Antiphon III (Organ solo)
Marcel Dupré; Marcel Dupré
4. Holy, Holy, Holy
John B. Dykes; Arthur Harris; Arrangement Unpublished
5. Spoken Word
6. Nearer, My God, to Thee
Lowell Mason; Arthur Harris; Arrangement Unpublished
7. I Was Glad When They Said Unto Me
C. Hubert H. Parry; Novello
Music & the Spoken Word
A program of inspirational music and spoken word.