No temas
El miedo es un gran inmovilizador. Es tan poderoso que sus efectos pueden incluir la disminución de la confianza en uno mismo y el abandono de los sueños. El miedo hace todo lo que puede para introducirse en nuestras mentes y corazones, y luego exige que se le permita quedarse, aunque egoístamente intente monopolizar nuestros pensamientos y sentimientos.
Como tú, conozco algo del miedo y a veces he sentido sus punzadas. Pero esto también lo sé: la fe y el miedo no pueden existir al mismo tiempo en el mismo corazón[1]. Esta verdad me reconforta, porque en su afirmación reside la respuesta para vencer el miedo, y esa respuesta es la fe.
Entonces, ¿qué hacemos cuando nos acosa el miedo? ¿Cómo avanzamos? Damos dos pasos cada vez.
Primer paso: Rezamos. Suplicamos al cielo que nos alivie. Hablamos de nuestros miedos con Aquel que siempre escucha, y permanecemos de rodillas hasta que el miedo desaparece. ¿Y si vuelve? Rezamos una y otra vez y, a veces, otra vez.
Segundo paso: Avanzamos en la fe mientras llenamos valientemente nuestros corazones y mentes con las cosas de Dios. Richard L. Evans dijo lo siguiente sobre el miedo: «Una forma de expulsar nuestros miedos es no dejar espacio para ellos en nuestras vidas. Suele ser la casa vacía la que adquiere fama de estar embrujada. Y quizá sea igualmente cierto que cuanto más vacías estén nuestras vidas, más probabilidades hay de que estén embrujadas por los miedos. La [persona] ociosa tiene más espacio para… los miedos, más tiempo para alimentarlos y complacerlos, que [aquellos] cuyas [vidas están] llenas de buenas obras»[2].
¿Y después de haber dado estos pasos? Volvemos a darlos. A medida que perseguimos la fe, nuestro miedo es expulsado. Entonces podemos mirar atrás y darnos cuenta de que nuestra fe en Dios ha creado kilómetros de espacio entre los miedos de ayer y la tranquilidad de hoy.
El espíritu del miedo no procede de Dios[3], sino que Él dice: «No temas»[4].
A medida que miremos a Dios en cada pensamiento, sin dudar y sin temer[5], nuestra confianza crecerá y nuestra fe triunfará sobre todos nuestros temores.
[1] Véase Conferencias sobre la fe (1985), 71.
[2] Richard L. Evans, «Antídoto contra el miedo», Music & the Spoken Word, 31 de marzo de 1946.
[3] Véase 2 Timoteo 1:7.
[4] Lucas 12:32; véase también Isaías 43:1; Doctrina y Convenios 6:34-36; 98:1-2.
[5] Véase Doctrina y Pactos 6:36.
19 de octubre de 2025
Emisión número 5.014
Coro del Tabernáculo
Orquesta en la Plaza de Tempe
Directores
Mack Wilberg
Ryan Murphy
Organista
Brian Mathias
Anfitrión
Derrick Porter
Creo que el mundo es glorioso
Alexander Schreiner; arr. Mack Wilberg
Con voces alegres sonando
William G. Tarrant; arr. Mack Wilberg
Jesús me ama
William B. Bradbury; arr. Brian Mathias
Jesu, alegría de los deseos del hombre
Johann Sebastian Bach; arr. Mack Wilberg
Sonrisas y lágrimas, de Sonrisas y lágrimas
Richard Rodgers; arr. Arthur Harris
Let Us All Press On
Evan Stephens; arr. Richard Elliott
O Love That Will Not Let Me Go
Albert L. Peace; arr. Ryan Murphy